4.- La voz de mis sueños

Anduve cabizbajo, pensando quizás que la noche anterior me había pasado con las drogas y mi cabeza me estaba jugando una mala pasada, o quizás que ni siquiera había despertado aún del sueño, y seguía frente al ordenador, pringando de babas el teclado. Con lo cual podría estar soñando que me había despertado en dos ocasiones…si, definitivamente no iba a probar más mierda en mi vida. Sea lo que fuere, ahí estaba yo, yendo en busca de esa dulce voz que me había encandilado como sirena al marinero, y sin saber muy bien qué iba a encontrarme, o mejor, qué me quería encontrar.
Estaba oscuro, pero empezaban a verse luces de farolas; farolas altas de luz blanca que alumbraban tenuemente un gran parque circular abarrotado de sauces llorones, sobre un suelo de mármol negro, bancos dispuestos en redondel y una majestuosa fuente de piedra en el centro, coronada por la estatua de un ángel de alas negras: Lucifer.
Andé hasta los pies de la fuente, esperando encontrarme con “la voz de mis sueños”. Me senté, dejando que el agua salpicara mi nuca: “esto está frío del carajo como para que sea un sueño…” y sonreí estúpidamente mientras jugueteaba con la espiral que colgaba de mi cuello…
- “Ey”. Una voz masculina llamó mi atención y levanté la cabeza. Era Psycho. Andaba ojeroso y me miraba con los ojos inyectados en sangre. ¿Qué mierda le pasaba?
- “Ey Psycho ¿qué coño haces aquí?. Qué paranoia tío he soñado contigo hehehe…”. Me apenó no ver que era ella quien venía por fin. Después de tanto tiempo iban a volver a verse.
- “Tío no traigo buenas noticias. Ha pasado algo horrible…”. Una lágrima se derramó por la mejilla imberbe de mi colega mientras apoyaba una mano en mi hombro.
- “Pero qué mierda dices, qué pasa.” Un escalofrío recorrió mi espalda.
- “Es Marie tío…ha llamado su madre y…se la han encontrado muerta en la bañera tío…no…yo…no sé qué ha pasado”.
- “¡Pero qué coño estás diciendo tío!, ¿cuándo ha sido eso?”. Me levanté de la fuente sintiendo que estaba a punto de desmayarme.
- “Esta mañana”.
- “Eso es mentira, no puede ser”
- “Si tío, de verdad, lo siento…”
- “Psycho. No puede ser”.
- “Por qué”
- “Porque me acaba de llamar…”